Si quieres añadirle un toque de dulzura y acidez a tu Tarta de Santiago, puedes cubrirla con una capa de mermelada de albaricoque. Una vez que la tarta esté horneada y enfriada, extiende una capa generosa de mermelada sobre la superficie y decora con la cruz de Santiago. La combinación de la almendra con el sabor frutal de la mermelada creará una explosión de sabores en cada bocado.