Si quieres darle un toque extra de cremosidad a tus gambas al ajillo, añade un poco de mantequilla durante la cocción. La mantequilla se derretirá y se mezclará con el aceite de oliva, creando una salsa rica y suave que envolverá las gambas. Esta receta es perfecta para aquellos que buscan un plato más indulgente y reconfortante.