No hay nada como morirse para que hablen bien de uno. Y todavía más si ese uno es un personaje público. De inmediato, se produce una amnesia colectiva y selectiva, y el finado acaba convertido en santo —a veces, literalmente—, con independencia de lo que hubiese hecho en realidad. Pero Malcolm Otero y Santi Giménez no entran en ese juego, qué va, si no que aprovechan su programa de radio para darle un repaso a su vida, haciendo hincapié en esos comportamientos indeseables que lo caracterizaban y que ya nadie se atreve a mencionar. Así nace El club de los ... Leer la reseña completaEl club de los execrables, de Malcolm Otero y Santi Giménez