La iglesia de Santa Sofía es uno de los monumentos más emblemáticos de Estambul. Construida en el siglo VI, fue la catedral más grande del mundo durante casi mil años. En 1453, fue convertida en mezquita y en 1935 se convirtió en museo. Su impresionante cúpula y su arquitectura bizantina la convierten en una visita imprescindible.