Lucía Suárez Quintana lo tiene claro. A la pregunta qué le ofrecería a los comensales que entran por primera vez a El Escondite, el local que regenta en Valsequillo, asegura que «unos crujientes de langostino con queso y cebolla caramelizada o de morcilla Burgos con queso ahumado, que poquitas mesas son las que vienen y no lo piden porque son una golosina que se hacen a diario. Tienen una elaboración un poco latosa, pero muy buen resultado porque es como una golosina para la clientela».